-Si tocar toco, lo que pasa es que no me sale la letra.
-¿La letra? ¿Te echo una mano? Pues escribe…sobre algo que tú sepas.
-Pues…no sé. Sé de puertas.
-¿Qué clase de puertas?
-De las que no dejan pasar la luz.
-¿Puertas macizas?
-Roble y castaño.
-¿A quién le importa ese matiz?
-A quien pregunta demasiado.
-Nunca se pregunta demasiado. Es mejor pecar de ignorante que dejar cosas en el tintero.
-¿Tú crees? Bueno, volvamos al tema. ¿Me vas a ayudar?
-Excavo un agujero en la tierra y paso al otro lado para no molestar al pobre vallador.
-Y en una piscina, ¿te tiras de cabeza o bajas por la escalerilla?
-Me siento en el borde y me voy echando agüita para que no se me corte la digestión.
-Y en el McDonald’s, ¿llevas la bandeja a la papelera o la dejas en la mesa?
-Generalmente, y cuando ellos no miran, la dejo sobre la mesa de los de al lado y corro cual gacela hacia la PPPPPPuerta.